Santiago Manzanero Manzanero:
Trovador y Compositor
(1904 - 1987)

 

Santiago Manzanero y Humberto Escalante.

Santiago Manzanero Manzanero, trovador y compositor yucateco, nació en la población de Seyé, Yucatán el 30 de Abril de 1904 en el seno de la familia formada por Felipe Manzanero Santana y Ana María Manzanero Flores.

Debido al divorcio de sus padres, ocurrido en 1906, él y su hermana pasaron a vivir al lado de sus tíos con quienes transcurrió toda su niñez. La precaria situación económica obligó al pequeño Santiago a buscar empleo para ayudar al sostenimiento del hogar.

contaba ya con quince años de edad cuando aprendió a tocar la guitarra, la cual llegó a dominar a la perfección y siendo dueño de una buena voz no es de extrañar que el destino le marcara una ruta muy bien definida hacia la Trova Yucateca.

En el año de 1922 comenzó a trabajar como cordelero en “La Industrial”, cordelería que, por motivos políticos, cerró sus puertas en 1923, durante los años agitados del mandato de Felipe Carrillo Puerto en Yucatán, ya que su hermano Benjamín era el administrador de esta empresa. Santiago contaba en ese entonces con 19 años de edad y decidió buscar trabajo de nueva cuenta en otra cordelería.

Fue Don Cabalán Macari quien lo empleó en su cordelería “San Juan” y él mismo fue quien propició el encuentro de Santiago Manzanero con Pepe Sosa y Ricardo Palmerín, ya que el mismo Cabalán le invitó a cantar en una fiesta que ofreció en su residencia. Este encuentro terminaría por reafirmar su vocación artística. Pepe Sosa le hizo una invitación para formar un dueto; pero por razones ajenas a él no se dio esta asociación de talentos.

A principios de los años veinte ya era miembro del gremio de trovadores que se reunía en el parque del barrio de San Cristóbal. En 1925 formó parte de la estudiantina “Club Yucatán”, la cual era dirigida por Alfonso Baqueiro. Cuando ésta se disolvió, ambos integraron un cuarteto al que se unieron Luis Alfonso Basulto, y Fernando el “Chel” Marín y con el que Santiago Manzanero iniciaría, en Mayo de 1925 su primera gira artística por el sureste mexicano finalizando ésta en Tapachula, Chiapas.

A partir de ese momento dejó todo para dedicarse de tiempo completo a la música. Es por eso que a su regreso a Mérida después de la gira, formó su primer dueto con Ramón Peraza, iniciando con éste, en Septiembre de 1926, una nueva gira por varios estados de la república mexicana (Campeche, Veracruz, Oaxaca, Colima, Sonora y Baja California) con miras a llegar a los Estados Unidos. Sin más recursos que su propia guitarra y su arte, iban haciendo escalas en varias ciudades mexicanas para abastecerse económicamente y proseguir su travesía. Corría el año de 1927 y el dueto se encontraba en la ciudad de Tijuana donde actuó por espacio de seis meses en Centros nocturnos y Cabarets.

Para el año de 1928 ya se encontraban estos trovadores ejecutando su arte en el vecino país del norte actuando en Arizona y en Los Ángeles, California. En este último sitio realizaron presentaciones en el Teatro México de la calle “Main” y fue tal el éxito que alcanzaron en esa ciudad Norteamericana que la compañía OKEY los contrató para grabar tres discos, pasando luego a formar parte de los artistas exclusivos de la compañía discográfica Columbia, la misma que en esa época había contratado al inmortal Guty Cárdenas. Para ese sello grabaron, entre otros, los temas “Buscando entre las flores”, “Amor secreto”, “El jaguar”, “Fuiste una estrellita blanca”, etc.

La Columbia les dio otro contrato para grabar canciones rancheras, ofrecimiento que no aceptaron. Tuvo el gusto de saludar personalmente a Guty Cárdenas en un encuentro casual que ambos tuvieron en un restaurante que un veracruzano había instalado a espaldas de la oficina de Correos de Los Ángeles.

En esa misma ciudad asistió a una escuela nocturna para adultos donde tomaba clases de canto una vez por semana. Su profesora le ofreció la oportunidad de estudiar más a profundidad el canto, oferta que también rechazó porque la condición que le ponían era la de firmar una carta de ciudadanía norteamericana y él nunca dejó de sentirse muy orgulloso de sus raíces mexicanas.

La música de Agustín Lara siempre marcó una gran influencia en Santiago Manzanero, que regresó a México en el verano de 1929 con el trovador tapatío Jesús Monroy. Primero pasaron por Tijuana, donde tuvo ocasión de saludar a Enrique Galaz, otro excelente trovador y compositor Yucateco que se había ido a radicar a esa ciudad fronteriza. En Ensenada, Baja California, firmaron un contrato con una cadena de cines que abarcaba desde Nogales, Sonora, hasta Mazatlán Sinaloa. A fines de ese mismo año regresa a la ciudad de México, en donde coincidió con Ricardo Palmerín, Manuel “El Gordo” Barrera y Manuel López Barbeito, que habían ido a grabar discos a la capital del país. Ahí permaneció una breve temporada antes de retornar a la capital Yucateca, arribando a la ciudad de Mérida el 10 de Enero de 1930.

En los años treinta hizo mancuerna con el compositor y trovador Jesús “Chucho” Herrera Ramírez, dueto que fue considerado por los que tuvieron la fortuna de escucharlos como uno de los duetos mejor acoplados. Y luego, ambos formaron parte del conjunto de cuerdas “Yucatán” que estaba integrado de la siguiente manera: Santiago Manzanero en la primera voz, Chucho Herrera en la segunda voz, Pedro Hoil en el violín, Carlos Marrufo en el el violoncello y Arturo Tolosa en el bajo.

Santiago Manzanero y Chucho Herrera integraron con Pastor Reyes y Demetrio Várguez en 1932 el cuarteto de la Policía que fue patrocinado por el entonces Gobernador del Estado de Yucatán, Bartolomé García Correa.

Formó también un trío siempre al lado de Chucho Herrera y Joaquín “El Pollo” Ponce Castillo y tuvo ocasión de trabajar con Ricardo Palmerín, Pepe Domínguez y otros connotados trovadores y compositores de la época.

Una de sus mayores satisfacciones fue haber obtenido, en 1932, el primer lugar del Concurso de Trovadores que se realizó en el Teatro “José Peón Contreras” bajo el patrocinio del ya desaparecido Conservatorio de Música que entonces dirigía el notable compositor Filiberto Romero. En esa memorable ocasión el dueto lo había integrado con Humberto “El Chato” Escalante Alonzo. En 1933 hace un nuevo dueto ahora con el compositor Lalo Santamaría.

En 1934, se casó con Juanita Canché, primorosa bailadora de jarana originaria de Ticul a la que había conocido cuatro años antes cuando ambos habían sido contratados para amenizar una fiesta en la Hacienda Santa Maria Chi, la cual era propiedad del Sr. José Cámara Chan. La ceremonia religiosa fue celebrada en la Iglesia de Lourdes de la ciudad de Mérida, Yucatán.

Del fruto de esta unión nacieron cuatro hijos: Hernán, Armando, Enna y Ana María. Armando Manzanero fue el que siguió los pasos de su padre, llegando a posicionarse como uno de los compositores yucatecos más cotizados de todos los tiempos. En algunas ocasiones Santiago Manzanero y su mujer solían unir sus talentos y trabajaban juntos.

En 1935 integra el Quinteto Yucatán al lado de Pedro Hoil, Arturo Cámara, Primitivo Novelo, Arturo Tolosa y Víctor Madera.

En el año de 1941 formó parte del Cuarteto “Mérida” cuyos integrantes además de Santiago Manzanero eran Pastor Reyes, Pedro Hoil y Jorge Torre Ballote.

Cuando el compositor Daniel Ayala Pérez tiene la iniciativa de crear la Orquesta Típica Yukalpetén en el año de 1942, Santiago Manzanero fue uno de los trovadores fundadores de esta extraordinaria agrupación musical.

En 1944 se comienza a dedicar al comercio debido a las fuertes presiones económicas que aquejaban a los trovadores de la época. Se instaló como pequeño comerciante, comprando y vendiendo a comisión hasta hacerse de un pequeño capital. Entonces la trova pasó a ser en su vida solo una actividad complementaria, pues su prioridad ahora era atender su pequeño negocio para procurarle seguridad económica y bienestar a su familia.

En México grabó un disco con temas de Ernesto Lecuona, Ricardo Palmerín, Ermilo Padrón López y Armando Quijano. En la década de los años 70 se encontraba de nueva cuenta en la ciudad de México en donde, para obtener algunos ingresos, daba clases de guitarra y canto. En esa época procuraba visitar, junto con su esposa, el estado de Yucatán unas dos veces al año. Siempre manifestó sentirse muy orgulloso del triunfo que su hijo Armando había obtenido a través de sus hermosas composiciones.

Entre los años 1974 y 1975, contando con la dirección artística de su hijo Armando Manzanero, grabó un disco de larga duración para lo cual hizo nuevamente dúo con Humberto “El Chato” Escalante Alonzo. El disco se tituló “Algo del Mayab que no conocíamos”.

Aunque solamente se le conoce una composición, el bolero “Flor de azahar” con letra de Manuel Montes de Oca Espejo la cual compuso en la década de los 40, es tal la belleza de este tema que trascendió y se ha convertido en una de las canciones favoritas de los trovadores yucatecos, siendo grabada por diversos tríos y solistas entre los que destacan su hijo Armando Manzanero, Marco Antonio Muñiz y Los trovadores del Mayab (en esta agrupación se encontraban ni más ni menos que los compositores Juan Acereto y Pastor Cervera).

La vida de este valioso trovador y compositor se apagó el 8 de Noviembre de 1987.

 

Bibliografía:

Enciclopedia “Yucatán en el tiempo”, Tomo IV de la M a la O, Editorial Cares, Mérida, Yucatán, 1999.
“Santiago Manzanero, Trovador Yucateco del recuerdo” por Ignacio Lara Gómez, publicado en el Diario del Sureste el Domingo 5 de Julio de 1972. Pag. 4
“Santiago Manzanero”, sección “La Trova y sus trovadores”, por César R. Elizalde, publicado en la revista “Integración del Sureste” Num. 24, Octubre de 1974, pags. 36 y 37
“Santiago Manzanero”, sección “Arte, artistas y similares” por Samuel Herrera Gómez, publicado en el Diario del Sureste del Miércoles 11 de Noviembre de 1987.

 

 

Datos recopilados y redactados por:
Beatriz Heredia Morales y José Felipe García Vargas.
Mérida, Yucatán, a 20 de Agosto de 2009.