Las Vaquerías:

Fiesta tradicional de Yucatán

 

Grupo de Ballet Folklórico de Yucatán.

La jarana es el baile típico de la Península de Yucatán. Existen dos formas métricas de este tipo de baile: la jarana 6 por 8 (en compás musical de 6/8), zapateada, nieta de los aires andaluces e hija de los sones mestizos, es de movimiento vivo marcado a dos tiempos cuyo acento rítmico cae en el segundo tercio del tiempo ligero del compás, en una nota que puede ser prolongada hasta el tercer tercio o sincopada hasta el primer tercio del compás siguiente.

Una de las características musicales de la jarana 6 por 8 (en compás musical de 6/8) es la de reforzar el segundo tercio del tiempo pesado de los compases impares, mediante una apoyatura superior de segunda, mayor o menor. En la actualidad se ha perdido esta particularidad en su escritura, más no así en su ejecución, ya que los músicos intuitivamente la hacen siempre, a manera de adorno.

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La jarana 3 por 4, (en compás musical de 3/4) nacida posteriormente, es valseada y tiene el aire de la jota aragonesa de la que deriva, por ello su movimiento metronómico. Inicialmente la jarana 3 por 4 (en compás musical de 3/4) era exclusivamente para ser bailada, posteriormente se le han agregado textos rimados, ya sea adaptándoselos a una música preexistente o bien poniéndole música a determinados versos festivos. Un ejemplo de esta costumbre es el tema "La Fiesta del Pueblo" de Manuel Burgos Vallina.

Desde el siglo pasado se introdujo la costumbre de escribir jaranas que contuvieran ambos ritmos, la primera parte en 3 por 4 (en compás musical de 3/4) y la segunda en 6 por 8 (en compás musical de 6/8) tal como ocurre en la pieza musical "Mi Lindo Motul" de Armando González Domínguez y en la jarana "La Morena de mi Pueblo" de Manuel Gil Lavadores.

Pero, ¿Qué son las vaquerías?. Las vaquerías eran las fiestas con las que los antiguos hacendados festejaban a los vaqueros por la buena producción de reses obtenida durante el año, de ahí el término "Vaquería". Coincide esta fecha con la fiesta en honor del Santo Patrono del pueblo y se realiza, hasta nuetros días, en los pueblos y villas de Yucatán, se efectúan en los corredores del palacio municipal y en las haciendas y rancherías, debajo de enramadas tejidas con palma de coco, o simplemente en alguna explanada de forma cuadrangular.

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Es el principal atractivo de estos festejos el baile de la jarana. Las jaranas derivan de la jota española; los fandangos y los sones de jaleo, de los saraos hispanos. La jarana es una mezcla de la jota española con los sonecillos de los mayas. La jota aragonesa dio origen al ritmo 3 x 4 y la andaluza al 6 x 8. La vaquería suele terminar con un son de jaleo. Las parejas de mestizos bailan al compás de una orquesta o charanga jaranera que suele estar conformada por dos trompetas, dos clarinetes, un trombón, un sax-tenor (que subtituye al bombardino), un contrabajo, dos timbales y un güiro.

En los sones de jaleo, el hombre hace las veces de lidiador y la mujer del "hermoso enemigo" estos requieren de mucha destreza de parte de los bailadores por lo acelerado de su ritmo; y es "El Torito" el baile más socorrido por su jocosidad. Después del son de jaleo se tocarán las conocidas "Dianas" que significa que la fiesta ha terminado. La música tradicional de Yucatán es una tradición netamente mestiza.

El degollete. Es el baile más íntimamente ligado a la historia social de Yucatán ya que fue utilizado como himno de batalla durante la contienda civil denominada, "Guerra de Castas" que connmovió a la Peninsula Yucateca durante los años comprendidos entre 1847 y 1862. "El Degollete" consta de tres partes musicales de 8 compases cada uno. Cada pasaje musical está identificado con cada uno de los grupos étnicos de Yucatán del siglo XIX: Criollos, Mestizos y Mayas.

La danza de las cintas. Es de origen europeo. Se inició esta danza en la region de Bavaria en el siglo XIV con el nombre de mai pfahl (palo de mayo). También se baila en los Paises Bajos e Inglaterra con el nombre de may pole. A España llegó en el reinado de Carlos V y se le conoce desde entonces con el nombre de Danza del Cordón.

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La ejecución del baile es la siguiente: en torno a un palo central penden listones de varios colores que son sujetados por diez bailarines de uno y otro sexo, alternados en tomo al mástil. Al iniciarse la música, una jarana en compás de 3 x 4, los bailadores efectúan giros sobre sí mismos y por parejas; después realizan giros colectivos en torno al palo, así como entradas y salidas al círculo. La parte sobresaliente es cuando van entrelazándose hasta formar en la parte superior del mástil un bonito tejido de petatillo, que desharán, luego, siguiendo el mismo ritmo.

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Aunque en término estricto no se necesitaría prenda alguna en especial para bailar jarana, generalmente las mujeres visten el típico hipil yucateco o, mejor aún, el Terno de Gala. Calzan zapatos blancos y se envuelven con un rebozo de Santa María. El hipil consiste en una pieza de tela de algodón en forma rectangular adornado con un colorido bordado en Hilo Contado o Xoc Bichuy (léase "shoc bi chuy") alrededor del escote y a la orilla del vestido; debajo del mismo se utiliza una especie de fondo o fustán blanco que sobresale para mostrar un hermoso brocado decorativo.

El terno yucateco, es una variación del huipil que denota elegancia, pudiéndose decir que es el traje de fiesta y el atuendo que más se asemeja a las representaciones antiguas.

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Está formado por un conjunto de tres piezas: jubón, huipil y fustán. Cada pieza está bordada en punto de cruz y encajes. Se complementa con zapatillas blancas o bordadas, tocado de lazos y flores para el cabello, sin que falten las joyas, el rosario de filigrana y el rebozo de Santa María.

El arqueólogo Sylvanus Morley, en su libro "La Civilización Maya", da una descripción del traje yucateco y menciona que se le conocía con el nombre de "kub", palabra que en la actualidad se ha perdido, ya que ahora se llama huipil, que es una palabra Náhuatl.

"El huipil o hipil es un vestido blanco, suelto, del mismo ancho desde arriba hasta abajo, cosido lateralmente, con dos aberturas para los brazos y otra de forma cuadrada para la cabeza, las cuales, junto con la parte inferior del vestido están decoradas con vistosos motivos bordados. Debajo del hipil se usa una enagua larga y amplia llamada fustán ("pic" en maya), que en ocasiones tiene bordada la parte inferior."

Por tradición, los hombres también deben vestir de mestizos, con pantalón de dril y guayabera de seda o lino, ambos de color blanco. Sobre la cabeza llevan un sombrero tejido, en los bolsillos un paliacate rojo y calzan alpargatas yucatecas o sandalia con tacón.

Se cuenta que hace mucho tiempo, un hombre que solía ser un bebedor consuetudinario, entró a una vaquería pretendiendo ser parte de los festejos; pero debido a su estado, de inmediato le mandaron sacar del lugar. Enojado por esta acción, tomó un almud (el almud es una pequeña caja de madera - de origen árabe - que en la época de auge de las haciendas se utilizaba para medir o "pesar" gramíneas, cuya capacidad es de tres kilos y medio y sus medidas son de 22.5 cms. De lado por 16.5 cms. de alto,) y poniéndola de cabeza se puso a bailar sobre de ella. Fue tal el escándalo que armó, que atrajo la atención de todos los asistentes a la vaquería, quienes uno a uno fueron abandonando el salón para contemplar al borrachito zapatear sobre el almud. Los organizadores del festejo no tuvieron más remedio que pedirle que regresara al baile y desde entonces se le mandaba invitación a todas las vaquerías de la región para que ejecutara su baile.

Se dice que este es el origen del baile sobre almudes, en el que el jaranero baila sobre un cajoncillo de madera mientras se ejecuta una jarana de seis octavos de compás. Algunas veces realizan suertes como sostener una botella o una bandeja con vasos y/o botellas en la cabeza guardando un perfecto equilibrio en ella mientras realizan su guachapeo.

Rubén Darío Herrera, Compositor de jaranas.

Uno de los compositores de jaranas más reconocidos fue Don Rubén Darío Herrera, el cual nació en Cansahcab, Yucatán, México, el 29 de julio de 1897.

Desde pequeño mostró afición a la música, por lo que sus padres se preocuparon porque la aprendiera, recibiendo clases de varios maestros, entre ellos, Don Rafael Landa y Don Gregorio Méndez Garibaldi.

A los 9 años de edad tuvo la oportunidad de dirigir una orquesta y es así como nace la motivación para componer música.

Entre los años 1918 y 1921, colaboró con los maestros Arturo Cosgaya, Amílcar Cetina, Gustavo Río y Cornelio Cárdenas Samada para formar varios grupos musicales, los que actuaron en conciertos y campañas de opera, opereta y zarzuelas visitantes.

Además de ser un magnífico músico y compositor, fue un incomparable promotor de actividades artísticas y culturales en Yucatán, Campeche y Quintana Roo, donde fue nombrado Director de Cultura Estética del Estado y Director de Folklore del Sureste.

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Orquesta de Rubén Darío Herrera

Fue un autor muy fecundo de jaranas como: "Nicte-Há", "El Chinito Koy-Koy", "Meridana", "El Ferrocarril", "Bertha Minelia", "La última jarana" y otras más que ejecutaba con singular maestría al frente de su Orquesta Maya, de la que era trompetista el maestro Ponciano Blanqueto, quien más adelante formó su propia orquesta.

En colaboración con el poeta venezolano Diego de Córdoba creó una de las más bellas claves del repertorio yucateco titulada "Amor secreto". La partitura está ya disponible en la sección "Partituras".

Editó también un cancionero llamado "Bombas y jaranas" en la que escribió artículos sobre la canción yucateca, en especial la jarana y numerosas bombas. Fue conocido con el sobrenombre de "Fatty Jazz" y es autor de la letra y música de "La Chetumaleña", canción que ha pasado a formar parte del acervo músical Quintanarroense.

Rubén Darío Herrera falleció a la edad de 66 años, el 28 de octubre de 1962. Al fallecer, era Director General de Bellas Artes en el estado de Quintana Roo.

 

 

Por cierto, durante la ejecución de las jaranas, se suelen recitar las famosas bombas que no son otra cosa que una cuarteta o una redondilla (que es una combinación métrica de octosílabos con estructura variada) en la que, por lo general se dice un piropo a la pareja de baile o haciendo alusión al momento que se disfuta. Puede ser romántica o jocosa, podría ser picaresca pero nunca debería de ser grosera. Una voz grita: "bomba" y la música se interrumpe, entonces el mestizo se adelanta y dice la cuarteta; al terminar de recitarla la gente responde: "bravo" y la orquesta continúa con la música.

Transcribo algunas de las bombas más frecuentes en las jaranas de Yucatán:

En esa boquita en flor
que te ha regalado Dios,
no hay ningun labio inferior
son superiores los dos.

En tu terno reina mía
orgullo de Yucatán,
quedo la policromía
de un hermoso flamboyán.

Mestiza bella y galana
de Yucatán linda flor,
tu hermosura meridana
hace que cada mañana
viva soñando en tu amor.

Quisiera ser zapatito
que calce tu lindo pie,
para ver de vez en cuando
lo que el zapatito ve.

Quisiera ser el mecate
de tu leña mi tesoro,
para tenerte amarrada
y decirte que te adoro.

¡Qué bonitos piececitos
los que te ha regalado Dios!
son pequeños y gorditos,
¿Solamente tienes dos?

Un yucateco cayó
de lo alto de una iglesia,
y ni un hueso se rompió
porque cayó de cabeza.

Dices que soy cabezón
y es muy grande tu franqueza
si así tengo la cabeza,
¿Cómo tendré el corazón?.

También en los carnavales yucatecos se dedica una noche a lo regional, en la que los participantes salen ataviados con la indumentaria regional de la Península Yucateca.

 

 

La guaracha vio la luz primera en la Isla de Cuba y apareció como elemento musical en los primeros años del Siglo XIX, como canción en boca del pueblo o incorporándose al teatro cubano. La guaracha, como estilo de canción, de ritmo rápido y texto jocoso siempre describió algún hecho político o social, alguna situación sobre un personaje popular o alguna actitud que se describía en forma picaresca caracterizando el choteo criollo.

Cirilo Baqueiro Preve

Cirilo Baqueiro Preve, mejor conocido como Chan Cil (o pequeño Cirilo) es considerado como el padre de la trova yucateca y quien compuso la mayoría de las guarachas nacidas en suelo yucateco. Basta mencionar dos de ellas para entender la importancia de Chan Cil: La Mestiza y Ko'oten x-boox (Ven negra) la cual está escrita en versión bilingüe (maya y español).

Ambas obras son muy descriptivas de la época que le tocó vivir a chan cil. En La Mestiza, se describe el paso de una mestiza por las calles de Mérida y de sus compras por el mercado y del arrobamiento que causa a los caballeros que la ven pasar.

Otras de sus más festejadas guarachas son "Los tres besos" y "La mujer y la casa", cuyo texto fue escrito por Joaquín Rejón Tejero, las cuales casi ya no se interpretan en la actualidad; pero que sirvieron de germen a "Las mujeres que se pintan", guaracha de principios de siglo escrita por Cirilo Baqueiro García-Rejón, hijo del compositor Chan Cil.

 

Las mujeres que se pintan

(Letra y música: Cirilo Baqueiro García-Rejón)

Las mujeres que se pintan
tienen, como van a ver,
parecido con las casas
que se dan en alquiler. (bis)

Las muchachas que se pintan
desde que a la escuela van,
y no saben de costura
ni entienden de cocinar,
son esas casitas nuevas
que nadie quiere ocupar,
pues por la parte de adentro
no acabaron de techar.

Las solteras que se pintan
para poder conquistar,
y pintadas y compuestas
todo el santo día están,
son esas casas bonitas
que nadie quiere ocupar
por miedo a los alquileres
que les van a hacer pagar.

Las mujeres que se pintan
tienen, como van a ver,
parecido con las casas
que se dan en alquiler. (bis)

Las casadas que se pintan
y salen luego a pasear,
sin pensar que la casada
en su casa debe estar,
son como casa ocupada
en la puerta de la cual
hay un letrero que dice:
tengo un cuarto pa' alquilar.

Y la viuda que se pinta
con la idea de reemplazar
al pobrecito marido
que ya en mejor vida está,
es la casa abandonada
que nadie quiere ocupar
por temor a los espantos
que en ella puede encontrar.

Las mujeres que se pintan
tienen, como van a ver,
parecido con las casas
que se dan en alquiler. (bis)

Las jamonas que se pintan
para poder conquistar
y en afeites y pinturas
gastan todo un capital,
son esas casas antiguas
que nadie quiere ocupar
porque llenas de goteras
por todos lados están.

Y las viejas que se pintan
las arrugas sin pensar
en que llenas de pintura
más ridículas están,
son esas casas de adobe
que ya cayéndose están
por más que sus dueños digan
que se pueden ocupar.

 

Felipe García - trovador yucateco.
José Felipe García Vargas.